Tras los unos primeros y frenéticos días centrados en Tokyo empezamos a hacer vistas en el día pero usando Tokyo como campamento base :-) Y la verdad es que resulta sencillo gracias al impresionante servicio de trenes que tienen en Japón.
Nuestra primera salida fue Nikko, una zona en la que se mezclaba naturaleza y templos, la verdad es que a nivel de naturaleza la visita no fue gran cosa vimos la cascada Kegon y el lago Chucenji, la cascada no está mal pero la visita al lago, sino quieres darte una vuelta en uno de esos patines de cisne que les encantan, no es que aporte demasiado
Después nos dirigimos a la zona de los templos y la cosa cambia, solo pudimos visitar dos, Futarasan Shrine y Toshogu Shrine, el tercero de los más importantes, Rinnoji, esta en restauración y cuando fuimos a visitarlo por dentro ya no nos dejaron entrar (a las 16:30)
A Futarasan Shrine se accede a través de un camino flanqueado por cipreses centenarios, que a mí me costó mucho identificar que eran cipreses, son mucho más grandes que los que hay por España
Toshogu Shrine es el que me pareció más espectacular, también se encuentra en mitad de la naturaleza y es famoso por tener la talla original de los tres mono sabios (no oír, no ver y no hablar del mal), pero la verdad es que tiene mucho más cosas, que a mí me gustaron mucho más, como las tallas en madera policromarla que son menos habituales o por lo menos en el buen estado en el que se encontraban estas
Lo último que nos dio tiempo a ver mientras regresábamos al tren fue el puente de Shinkyo
Otro nuevo día y de nuevo nos tocaba madrugar, está vez queríamos visitar los alrededores del monte Fuji, concretamente la zona de los cinco Lagos, esta zona no es fácil de visitar por tu cuenta, o alquilas un coche o como en nuestro caso, contactamos con un guía, Augusto, un peruano de origen japonés que hace más de 20 años que vive en Japón y que fue un guía excelente.
La ruta la comenzamos en Fuji Sengen Taisha el santuario del monte Fuji al que en la antigüedad debían dirigirse antes de subirlo, en este santuario los manantiales de agua procedente del monte Fuji nos dejan unos jardines preciosos
Después nos dirigimos a las cascadas de Shirato (hilos blancos) que sorprende no sólo por su belleza sino también por el hecho de que surga de la montaña ya que no viene de ningún río
Y Otodome, conocida por el estruendo que provoca, siendo muy bonita no tiene la espectacularidad de la primera
Y ya nos dirigimos a los hacia los Lagos, el primero es Motosu, desde donde deberíamos poder ver el monte Fuji (justo enfrente) pero las nubes nos lo impiden, en cualquier caso, en esta época del año estaban preciosos con las hojas de los arces de un rojo espectacular
Y llegamos al bosque Aokigahara (de los suicidas), que hace honor a su nombre, Japón es uno de los países con una mayor tasa de suicidios y este es uno de sus lugares preferidos para llevarlo a cabo, de hecho los accesos a este bosque están controlados con cámaras para poder saber si las personas "desaparecidas" se adentraron en el, el bosque en sí tiene una belleza un tanto peculiar con las raíces de los árboles agarrando se de la tierra casi como una mano ...
El día era intenso y aún nos dio tiempo a visitar la aldea Iyasi No Sato una aldea tradicional reconstruida tras una riada y es realmente preciosa situada al pie de las montañas. Aquí gracias a nuestro guía Augusto pudimos hablar con una encantadora viejecilla que compartió con nosotros un té de cebada y una agradable conversación, uno de los grandes momentos del viaje ;-)
Y para terminar nuestra visita a la zona ... El Fuji se desperezó entre las últimas nubes del día y aunque un poco tarde se decido a mostrarse, bien por el Jejejeje
Pero no era todo por hoy a nuestra llegada a Tokyo decidimos darnos una vueltecita por la Torre de Tokyo para admirar las luces de la noche desde las alturas
Kamakura era nuestra última excursión desde Tokyo, un pueblo muy agradable para pasear y visitar sus templos, en el primero que visitamos, Hasedera, llama la atención las más de 100 pequeñas estatuas de Buda, pero la historia tras ellas es un triste ya que son para proteger las almas de los niños que murieron
Luego fuimos a ver el Daitbutsu (Gran Buda) una estatua de vida de casi 12 metros en la que te puedes "inBudir", esto es meterte dentro del Buda
Continuamos visitando el Tsurugaoka Hachimangu (facilito el nombre ehhh) que es un santuario dedicado al dios de la guerra (Hachiman) que estaba abarrotado, está al final de una calle muy comercial (de las pocas peatonales que hemos visto) y había desde padres llevando a sus hijos al templo a gente paseándose
Terminamos nuestra visita en Kenchoji, que es el monasterio zen más antiguo de Japón
Y cómo iba a ser nuestra última noche en Tokyo regresamos pronto para darnos una vuelta por un par de los sitios que más nos habían llamado la atención, desde el cruce de Sibuya a la calle Takeshita o las tascas más auténticas de Shinjuku y despedirnos de Tokyo
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