Ya iba tocando volver al Sudeste asiático y por fin este año ha habido suerte, Myanmar es un país del que llevo tiempo oyendo hablar a mucha gente y todos lo ponen muy bien así que veremos si tengo suerte y consigo disfrutar del país y sus gentes :-)
El viaje comienza en Yangon, una ciudad muy poblada (6 ó 7 millones dependiendo de la Fuente) que cambió de nombre (como el propio país) para desligarse de los lazos con el imperio británico que los colonizó durante un tiempo
Empezamos nuestra ruta por Yangon en tren, una vuelta por el extrarradio de la ciudad que nos empieza a dejar ver la vida en Myanmar
En la parada que bajamos había un mercado y casi podríamos decir que el mercado estaba sobre las vías del tren, empezamos a ponernos en contacto con los productos y aromas locales, algunos muy diferentes a los que estamos acostumbrados
Ya cuando caía la tarde, visitamos la Pagoda de Shwedago, en la que se alza una enorme estupa de unos 100 metros de altura que tiene forma de campana y que para los budistas tiene un significado muy especial por las reliquias de Buda que contiene.
Después de un madrugón impresionante tomamos un avión que nos lleva a Mandalay, lo bueno que tiene es que nos va dar más tiempo para visitar la ciudad y sus alrededores. Comenzamos por los barrios de los artesanos, madera, bronce ...
En la Pagoda Mahamuni, encontramos la estatua de Buda más antigua de Myanmar que los devotos cubren de pan de oro de forma constante
El monasterio de Shwenandaw, hecho de madera y con multitud de tallas en sus paredes y el libro más grande del mundo (tallado en piedra) y que cuenta la vida y preceptos de Buda que se encuentra junto a la Pagoda de Kuthodaw completan nuestra jornada
Nuestro día comienza con una sorpresa que me ha encantado, visitamos un monasterio budista justo antes de su comida (ellos no puedes comer a partir de las 12 del medio día), el orden la tranquilidad de sus movimientos hacen que parezcan una coreografía
Continuamos hacia la colina de Sagaing con numerosas pagodas, en ella también hay algún convento en el que las jóvenes monjas visten sus coloridos hábitos rosas
Por la tarde visitamos en coche de caballos la antigua capital de Birmania durante unos 400 años, visitando sus monasterios
Y el fin del día fue muy especial, el atardecer en el maravilloso puente de madera de teca de U Bein que tiene más 150 años y que aún está en uso
Por la mañana tomamos un barco que nos lleva a Mingun, que también fue una antigua capital aunque por mucho menos tiempo, Mingun debería de haber albergado la Pagoda más grande del mundo pero de ella apenas se construyó un tercio
La Pagoda Hsinbyume blanca inmaculada en un día con un cielo azul espectacular nos deja imágenes muy especiales
La tarde la dedicamos a perdernos por el mercado de Mandalay
El viaje comienza en Yangon, una ciudad muy poblada (6 ó 7 millones dependiendo de la Fuente) que cambió de nombre (como el propio país) para desligarse de los lazos con el imperio británico que los colonizó durante un tiempo
Empezamos nuestra ruta por Yangon en tren, una vuelta por el extrarradio de la ciudad que nos empieza a dejar ver la vida en Myanmar
Ya cuando caía la tarde, visitamos la Pagoda de Shwedago, en la que se alza una enorme estupa de unos 100 metros de altura que tiene forma de campana y que para los budistas tiene un significado muy especial por las reliquias de Buda que contiene.
Después de un madrugón impresionante tomamos un avión que nos lleva a Mandalay, lo bueno que tiene es que nos va dar más tiempo para visitar la ciudad y sus alrededores. Comenzamos por los barrios de los artesanos, madera, bronce ...
En la Pagoda Mahamuni, encontramos la estatua de Buda más antigua de Myanmar que los devotos cubren de pan de oro de forma constante
El monasterio de Shwenandaw, hecho de madera y con multitud de tallas en sus paredes y el libro más grande del mundo (tallado en piedra) y que cuenta la vida y preceptos de Buda que se encuentra junto a la Pagoda de Kuthodaw completan nuestra jornada
Nuestro día comienza con una sorpresa que me ha encantado, visitamos un monasterio budista justo antes de su comida (ellos no puedes comer a partir de las 12 del medio día), el orden la tranquilidad de sus movimientos hacen que parezcan una coreografía
Continuamos hacia la colina de Sagaing con numerosas pagodas, en ella también hay algún convento en el que las jóvenes monjas visten sus coloridos hábitos rosas
Por la tarde visitamos en coche de caballos la antigua capital de Birmania durante unos 400 años, visitando sus monasterios
Y el fin del día fue muy especial, el atardecer en el maravilloso puente de madera de teca de U Bein que tiene más 150 años y que aún está en uso
Por la mañana tomamos un barco que nos lleva a Mingun, que también fue una antigua capital aunque por mucho menos tiempo, Mingun debería de haber albergado la Pagoda más grande del mundo pero de ella apenas se construyó un tercio
La Pagoda Hsinbyume blanca inmaculada en un día con un cielo azul espectacular nos deja imágenes muy especiales
La tarde la dedicamos a perdernos por el mercado de Mandalay
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